Los implantes dentales son la forma más eficaz de devolver la ausencia de una pieza dentaria.
La colocación es simple y en la actualidad podemos asegurar que la misma es indolora, utilizando todos los recursos para evitar procesos inflamatorios que generen malestar.
Nuestro protocolo de trabajo asegura un pos operatorio agradable, con técnicas quirúrgicas no invasivas y siguiendo las indicaciones de nuestros profesionales no existen complicaciones.
Un implante es una estructura de titanio con una forma muy similar a un microtornillo. Tiene la función de devolver la porción radicular (raíz) a una pieza perdida.
Mediante una cirugía los implantes van sumergidos en el hueso de los maxilares. Luego se requiere un proceso biológico de oseointegración (fijación del implante al hueso), para que un futuro se coloque la prótesis indicada, ya sean fijas o removibles.
Se colocan cuando la pieza dentaria sufrió lesiones a nivel radicular (raíz) imposibles de reparar. Los factores de mayor frecuencia son los siguientes:
Se utilizan para devolver, no solo, la estética sino también los roles en la masticación, fonación entre otras.
El implante es una estructura preparada para recibir prótesis fijas o removibles, dando el rol en las funciones nombradas anteriormente.
Este procedimiento normalmente dura aproximadamente 30 minutos. En algunos casos se puede demorar un poco más de tiempo dependiendo de la calidad y cantidad de la zona a implantar.
En normas generales aconsejamos a nuestros pacientes que consuman líquidos y sólidos fríos y preferentemente, alimentos con una consistencia blanda.
También les sugerimos evitar la exposición a altas temperaturas, no realizar actividad física ni esfuerzos, ni consumo de tabaco.
La aplicación externa de hielo es un gran aliado en los procesos inflamatorios normales, luego de la cirugía de un implante dental.
Estas indicaciones son recomendadas al menos durante los primeros cinco días para garantizar un post operatorio sin dolor, ni complicaciones.